miércoles, 13 de julio de 2011

Que te folle un pez... con perdón.

Estaban Adán y Eva en el paraíso, y hacía más de 10 días que Adán no tocaba un pelo a Eva. Ella, sin dudarlo, sale a pasear, se encuentra un dinosaurio y le pide por favor que le haga el amor, a lo que el dinosaurio le contesta de mala manera que se retire y que ni loco accedería a ese deseo. Eva, enojada ante la actitud del dinosaurio, da un salto y de un mordisco le arranca los testículos.

Al rato se encuentra con un gorila al que le suplica lo mismo. El gorila responde que no lo joda, que ya tiene a su molesta pareja y que no atendería a dos mujeres. Eva responde enardecida arrancándole los pelos del culo al simio.

Caliente como la tierra misma, Eva se sienta al borde de un río y un pez juega entre sus órganos genitales, Ella responde al estímulo, y utiliza al pececito a modo de consolador.

Hoy sabemos el porqué de la extinción de los dinosaurios y por qué los monos tienen el culo rojo y pelao, pero lo que no sabremos jamás es qué olor tenía originalmente el pescado.

P.D.: La respuesta del dinosaurio y el gorila originó la expresión... ¡QUE TE FOLLE UN PEZ! con perdón.

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