sábado, 13 de marzo de 2010

Tres raciones de... chistes

"No Todos los Hombres somos Iguales"
Un hombre entra a un bar y ve un cartel colgando sobre el mostrador:
Sándwich de queso : $ 1.50
Sándwich de pollo : $ 2.50
Una Paja : $ 10.00
Se fija si en la billetera tiene dinero, camina hacia el mostrador y se acerca a una de las tres rubias excepcionales que estaban sirviendo tragos a otros parroquianos:
- "Si"... dice ella , con una sonrisa fantástica , ¿ En que puedo servirle ?
- Yo querría saber... dice el hombre en un murmullo... ¿ Eres la que hace la paja ?
- Si, dice ella con una sonrisa irresistible , "soy yo".
- Bueno... dice el hombre, entonces: Lávate BIEN las manos, porque yo quiero un sandwich de pollo.



Un tío va conduciendo por la AP7, en eso ve a alguien en la cuneta, retorcido de dolor.
- ¡Alberto! ¡pero si es Alberto!
¿qué le habrá pasado? Detiene el vehículo y baja...
- Alberto, amigo, ¿Qué pasó?
- Mira... dice Alberto, señalando algo y continuando con su terrible gesto de dolor...
Y ahí yace, hecho una pelota de hierros retorcidos, un impresionante Ferrari...
- Pero Albertín, querido, si con el dinero que tienes, te puedes comprar 10 coches como ese. Vamos amigo.
- No... mira adentro... dice Alberto mientras sigue retorcido sobre sí mismo.
Y al mirar adentro del Ferrari... ve una rubia impresionante, hecha una pasa...
- Bueno... Alberto... pero tú puedes conseguir 10 Ferraris y 100 rubias como ésa, vamos arriba el ánimo.
- No, mira adentro... mira adentro... de la boca de la rubia


Hombres sensibles... si... si .... No todos los hombres son tan insensibles... Una muestra:
Una mujer conoce a un tipo en un bar. Conversan, se entienden y terminan manchándose juntos. Se van al apartamento de él y, mientras le enseña el lugar, ella nota que su dormitorio está lleno de ositos de peluche.

Todos bien ordenaditos: los más grandes en la repisa de arriba, medianos en el centro y los pequeñitos abajo. La mujer está sorprendida que un hombre tenga esa colección de peluches, pero decide no comentarle nada y se alegra de que él no tenga miedo a expresar su lado sensible (ése que tanto les gusta a las mujeres)

Ella lo mira a los ojos, se besan y a los 3 minutos ya están en la cama. Después de una intensa noche de pasión, ella, feliz con su hombre sensible, acurrucada junto a él, le pregunta:
-¿Y bien? ¿Qué tal estuvo? El hombre se da la vuelta y con el cigarro en la boca le dice a la muchacha:
- Nada mal. Puedes retirar tu premio de la repisa del medio.

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